Parece mentira que tras tanto alardeo de un nuevo sistema de calibración y que supuestamente es el sumum de todos ellos sucedan luego estas cosas.

¿Solo se desea ofrecer un producto para recoger unos suculentos beneficios sin estar completamente pulido en todos los aspectos? Porque vamos, si fuera una cifra nimia como pago por la licencia pues, bueno, con esa futura actualización sería suficiente, pero el que hay que pagar para encontrarse con esto, sinceramente, lo considero una auténtica tomadura de pelo.

Pero como la tónica actual y pasada es haber permitido estas acciones así nos va, cada vez encontrándonos mayores escollos para posteriormente seguir sorprendiéndonos de cómo funciona la industria, únicamente a su clara picaresca.

Y no son pocos los ejemplos:

El no haber podido hacer uso de la unidad auxiliar de estado sólido M.2 en la consola PlayStation 5 tras un años de su lanzamiento.

El no haber podido igualmente disfrutar de las funciones que tenían ciertos modelos de televisores Sony hasta pasado también un buen tiempo de demora, pero eso sí, uno paga el producto hasta su último céntimo.