Es decir, yo lo primero que haría es ver dónde es más flojo mi equipo y cuánto cuesta subsanar ese cuello de botella si existe. Si la amplificación es silenciosa, rápida, con poca distorsión o inaudible, tiene capacidad de corriente sobrada, anchura de banda completa y podría reventar mis cajas antes de flojear ¿no debería ver antes si mis cajas son realmente capaces de dar todo lo que le puedan llegar a sus bornes? ¿no debería de valorar antes si percibo picos o valles en la respuesta de frecuencia en una audición en el punto de escucha? En definitiva, ¿no debería de diagnosticar antes la "enfermedad" de mi equipo que automedicarle?
Un análisis previo se me antoja imperativo antes de lanzarme a la piscina sin ver si tiene o no agua . Después de hacerlo, PUEDE que llegue a la conclusión de que las cajas son de mi gusto para mi presupuesto y lo que quiero y, entonces, deba de plantearme cambiar o mejorar la amplificación (o el previo o las dos cosas) .
Pensad que el dinero no suele sobrar en muchos casos y que estamos muchos de los foreros que aquí escribimos en el punto cabrón en el que una pequeña mejora cuesta ya bastante dinero y, por eso, lo que sugiero es que se piense bien el paso que se quiere dar y la razón de darlo . Si eso se tiene muy claro, uno no sólo no se sentirá desengañado sino que se sentirá satisfecho y eso es lo importante.
Y ojo, que una razón válida es porque a uno le dé la gana, pero lo tiene que tener muy claro, que ésa es la razón .



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