Iniciado por
Chordeater
Para mi hay un factor, que no acabo de identificar, que me da más sensación de "realidad" cuando escucho en campo lejano. Y entrecomillo realidad, porque estoy de acuerdo en que puede ser muy diferente para unos y otros, pues es muy cierto que "el tener los músicos tocando enfrente" supone cosas diferentes en función de donde estés sentado, el tamaño de la sala, etc.
Si entendemos por fidedigno el reproducir lo más exactamente posible lo que está recogido en la grabación (y creo que es una argumentación muy correcta), el campo cercano es más fidedigno. Yo en cierta época, con unos monitores activos ATC20-2A, escuchaba en campo cercano, a unos 1,20-1,30 metros, y desde luego había aspectos de esas escuchas que me gustaban mucho, los que citó Atcing unos post atrás (definición, claridad, dinámica ... más información). De aquella ni siquiera ecualizaba, pero la diferencia de distancia suponía una gran diferencia de sonido. La conclusión a la que llegué, es que ese sonido se me parecía mucho a la escucha con auriculares. Ganaba en muchas cosas, pero las sensaciones eran muy diferentes, y alguna de ellas la echaba de menos ...
Más allá de esa definición de fidedigno, yo creo que la clave del debate está ahí, en que la escucha en campo cercano o campo lejano ofrece sensaciones diferentes. Es como conducir una moto o un coche, en ambos casos se trata de lo mismo, ir de un sitio a otro conduciendo un vehículo, pero las sensaciones son diferentes. Puede que esté relacionado con mis primeros contactos con la escucha de un equipo de sonido, con las experiencias de buenos conciertos en los que el sonido me llegaba desde cierta distancia, o con lo que sea, pero esa sensación de que el sonido parte de 3-4 metros y "llena" la sala, aun siendo menos fidedigno, me aporta una sensación muy placentera que echo de menos en la escucha con auriculares o en campo cercano.
En resumen, creo que ambos enfoques tienen sus bondades, y a mi me gusta disfrutar de los dos, solo que para campo cercano prefiero auriculares directamente (cuando quiero sonido fidedigno), y dejar los altavoces para escuchas a 3-4 metros (cuando quiero sensación de sonido fluyendo por la sala). En ambos casos la ecualización me parece imprescindible para disfrutar de los que llamamos buen sonido, aunque para disfrutar de la música me vale cualquier cosa que no suene como una castaña. Audiofilia y melomanía son dos aficiones que se complementan, pero que se pueden disfrutar por separado.