Yo más que listos, diría que son avispados: tomemos el ejemplo de alguien que sólo en altavoces se ha gastado
33.000 €.
El equipo de Rebombori II
¿ Podríamos considerar que ha llegado al "final del camino" ? ¡ En absoluto ! Es sintomático de esta afición así llamada audiofilia (que reviste todo el carácter de una patología) el nunca estar satisfecho con lo que se tiene, de manera que se sigue buscando el sonido perfecto incluso después de haber hecho un desembolso de dinero estratosférico, y así, suele descubrirse más tarde o más temprano, que uno sigue... "on the road"
¿ Cómo salir airoso de esta especie de competición, de esta dimensión que el compañero llama "
estética" pero que es cláramente
social ?
Pues muy sencillo, revistiendo el nuevo hallazgo de review que desinteresadamente pongo a disposición del auditorio para que vea lo ecuánime, imparcial y objetivo que soy.
Allegro, las cajas hechas por Suso Ramallo
Por cierto, realmente curioso que después de afirmar que el mundo es una representación (una construcción) del Sujeto luego se afirme la soberanía del Objeto a través de una dimensión "
científica" (Objetiva) ciertamente dudosa. Esto al margen.
Me gasté
33.000 € pero me podría haber gastado
11.500 € y estaría tan feliz. Su honestidad no es tan grande como para preguntarse por qué no se gastó
1.500 !
¿Dónde está el problema en que alguien disfrute diciendo una cosa y la contraria? Yo diría que fundamentalmente está en Aristóteles y su anacrónico e irreverente principio de no-contradicción