A mí me gustaron los Sennheiser HD600 por dos razones, la primera lo bien que se oían (debes escuchar un modelo rodado, si no te parecerán que enfatizan los graves más de lo debido) y la segunda, por su absoluta comodidad. Podrías dormir con ellos.

Para mí el secreto es que se apoyan en la cara y no en la oreja y yo, que las tengo delicadas lo agradezco infinito. Puedo estar horas con ellos sin ningún problema y la sensación de espacialidad no tiene nada que ver con la de otros auriculares inclusod e la misma marca a que estaba acostumbrado.