Siempre he pensado que las tiendas online se evalúan tanto en los casos en los que todo ha ido bien como cuando ha ocurrido algún problema.
Es curioso cómo muchos de nosotros aún nos sorprendemos por el primer punto. Pides algo, pagas por adelantado (a veces mucho dinero) y casi que respiramos aliviados cuando el producto llega a nuestra casa. Es decir lo que debería ser considerado normal.

Pero sinceramente, yo lo que más valoro de una tienda online es la confianza que me ofrece cuando sucede algún problema (si un empresario/a se preocupa de resolver bien las incidencias con sus clientes doy por sentado que el primer punto lo cumplen con creces).

En ElectronicaVicente me he gastado cerca de 5000€ en productos y en los dos primeros pedidos todo fue como muchos de los comentarios que he leído, el producto llegó más o menos en plazo, el precio era bueno y la comunicación con las personas de la tienda era bastante rápida.

Pero llega el momento de la verdad.
Pido una televisión LG, la PLED 60PM9700 y después de más de mes y medio esperando a que me la envíen por fin me llega a casa.
Recién sacada de la caja y nada más encenderla me doy cuenta de que viene defectuosa de fábrica porque incluso en los logos de LG, en los menús de configuración y cualquier canal que sintonice, aparecen unas zonas con líneas verticales verdes que se van moviendo.

Inmediatamente llamo a la tienda y después de varias comunicaciones, su conclusión (previa certificación del servicio técnico de LG) es que efectivamente viene defectuosa de fábrica y que me la cambian por una nueva pero que los gastos del transporte los tengo que pagar yo!

Lo siento pero no, ya no estamos hablando de un producto que lleve meses en mi casa y que acabe fallando, es que estamos hablando de un producto que me han enviado directamente mal desde la tienda (y yo no digo que ellos tengan la culpa del escaso control de calidad de LG, pero es un problema que los de la tienda tendrán que resolver con su proveedor para recuperar los costes de la devolución, no cobrárselos al cliente, que desde luego es el último que tendría que pagar el pato).

Como consumidor estoy muy harto de que me tomen el pelo, y a mí en esta tienda ya me han perdido como cliente de por vida.