No hay peor iluminación para una pantalla LCD que el método edge consistente en colocar los leds en los bordes. El mayor problema al que se enfrentan estos televisores es el control de la luz y, por mucho microdimming y otras zarandajas que lleven, si ves una peli de noche tu flamante televisor te mostrará imágenes sin profundidad debido a la falta de contraste. Si ya son malos los SAMSUNG con sus paneles VA, los LG con sus IPS son para mear y no echar gota. La atenuación desde los bordes y todo el software (dimming) que implementen para disimular sus deficiencias son inútiles y no hacen más que gravar el precio.

La iluminación directa, que nada tiene que ver con la edge y dependiendo de la cantidad de LEDs que utilice apagándose o atenuándose allí donde sea preciso, es la que mejor contraste logra, pero dispara el precio de los televisores (una vez más queda claro que el control de la luz es su mayor inconveniente). El pixel del LCD necesita de esa retoiluminación que se fuga sin que se pueda impedir degradando la imagen general. Así hemos soportado artefactos de todo tipo si la iluminación de la sala cae por debajo de determinado nivel de luz. A saber: sangrado, halos, enturbiamiento, nubes, limitados ángulos de visualización (mejores en los IPS) y demás lindezas asociadas.