Cierto que ésta es una influencia que no se puede subestimar. Pero con dos matizaciones que hay que tener en cuenta:
1.- La primera es la que se desprende de la Ley de Probabilidades; se trata de un suceso aleatorio que afectaría en principio a todos los paneles por igual, por lo que el evento se tendría que repetir "n" veces sin distinguir marcas, modelos o tecnologías. Si en un muestreo estadístico, el resultado negativo se acusa más en unos que en otros, el problema implica afectar más a unos que a otros, independientente de los fenómenos externos citados.
2.- No hace falta ser un experto ni un ingeniero para apreciar a simple vista una comparación fácil -no me refiero a la comparación de tecnologías ni a toda la polémica generada-: la ZD9 -así como otras televisiones que sería muy largo citar aquí- es un panel muy sólido. Por el propio diseño que tiene y la tecnología que usa, -como podríamos atribuir a la DX900- es una televisión cuoy aspecto no da ninguna impresión de particular vulnerabilidad, barbaridades que se pudieran hacer en su manipulación aparte.
Por otro lado, si tomas la C6, por ejemplo, u otros paneles curvos y particularmente OLED, es bien fácil apreciar su vulnerabilidad aparente; paneles muy delgados, que parecen llevar un cartelito que ponga "cuidado cuando me toques, que me resfrío". Y, realmente, es así; por su propio diseño y materiales y por la tecnología que usan en relación con sus tamaños, son muy susceptibles que un manejo inadecuado cause problemas.
Por tanto, es lógico pensar que un fenómeno externo, ajeno a los televisores en sí, tuviera que afectar en mayor medida a los más vulenrables que a los que no son tanto. De nuevo, si el número de incidencias es mayor en unos que en otros, se requiere considerar que existen causas inherentes a los propios televisores que las motiven.
Saludos