Ni que decir tiene que me sumo al desprecio compartido que sentimos por esta alimaña y sus actos. También, y en su justa proporción, por la impasibilidad del testigo. No puedo entender como este personaje se mantiene al margen. Personalmente y aún teniendo en cuenta el riesgo cierto que estas alimañas albergan, prefiero enfrentarme a ese posible peligro que a la recurrencia de la llamada y recriminación de mi conciencia en el tiempo futuro. Temerario? Imbécil? Puede ser, pero a lo que más temo es a mi propia conciencia.
Sistema judicial… fiscales, abogados y jueces?
Nada nuevo bajo el sol. Pero no tenemos suficiente con la sangría, y perdón por la expresión que considero terriblemente ajustada y descriptiva, de los asesinatos y agresiones englobadas en lo que actualmente se llama violencia de género?
Pero no oímos constantemente como se abofetea, golpea, acuchilla, dispara… en medio de la calle, con hijos por delante además de cualquier testigo que circule por el lugar… por parte de unos mal nacidos hijosdeputa a sus respectivas parejas o exparejas? Y en muchas ocasiones con sentencias de por medio. Con órdenes de alejamiento, prisiones provisionales y demás?
Cierto que se abrirán juzgados especializados, pulseras y demás. Cierto. Pero con frecuencia volvemos a escuchar como algún despiste judicial, alguna denuncia en saco roto y demás “manchas” legales permiten que esta gentuza campe a sus anchas y con libre disponibilidad para liberar sus instintos trastornados.
Por cierto. Las declaraciones del abogado defensor cargando contra nosecuantos ministros y embajadores por pedir prisión… de traca también. Espero que no tenga la desgracia de encontrarse un día con personajes como el que defiende y con actitudes como las que ese desgraciado tuvo en el vagón ese día.
Estos hechos ocurren de continuo. El ser humano es lo que es. Si se adereza con entornos familiares insanos, falta de educación y formación, algunos vampiros de la mente que manipulan a cuantos pueden, trastornos mentales… no hacen falta más ingredientes.
Este mediodía una televisión en su informativo comentaba que se había recogido por no se que asociación un total de 5000 agresiones racistas denunciadas en el último año. Entre ellas el caso de un inmigrante africano tetraplégico desde que sufrió la agresión y con su atacante libre cual rata de alcantarilla.
Y no hace mucho se comentaba sobre los ataques a inmigrantes en Moscú por grupos neonazis (patético ver a los skins rusos llevando esváticas nazis como enseña… que se puede esperar).
Incluso en los países más civilizados, los de verdad, como Suecia y Dinamarca estaban experimentando aumentos de este tipo de actividades.
No es un fenómeno autóctono ni un hecho aislado el caso que nos centra. Que es lo que lo diferencia? Por qué estamos hablando de este caso en particular?
Evidentemente por su divulgación mediática.
Entiendo que hay periodistas que asumen que es su trabajo informar y tal vez incluso la de concienciar a la sociedad en la que vive de cómo es su entorno, de hacer denuncia de lo que no va bien, de llamar la atención sobre los problemas que puede tener esa sociedad y prevenir que esto ocurra y hacer notar que en nuestra mano esta el pedir soluciones a quien convenga.
Pero lo que más asco me da en este caso, casi tanto como la rata agresora, es el regodeo informativo con vistas de negocio. Cosa que ya hemos podido presenciar últimamente con el caso de la niña desaparecida en Portugal, el caso Madeleine.
Que el periodismo actual utilice una grabación, de la que no es habitual disponer, para llevar a cabo esa labor informativa y de concienciación de la que hablaba… perfecto y digno de elogio e incluso de agradecimiento. Pero cuando cruzan la línea por tantos metros… se vuelven, a su forma, tan alimañas como la rata del vagón.
Saludos