Hace un par de semanas envié a todos mis contactos de correo el enlace a la web de UPyD donde se puede firmar el manifiesto, y en general no hubo respuestas, a excepción de una catalanista de pro, que me dijo que me metiera el manifiesto por donde amargan los pepinos (en catalán, eso sí) y, lo que me llama más la atención, de un madrileño con síndrome de Estocolmo, que vive en Barcelona desde que se echó novia, y al que le parecía muy normal la situación ya que el catalán "está en peligro". Porque, claro, no vamos a anteponer los derechos de la gente a los "derechos" del catalán, que tanto sufre porque nadie quiera hablarlo...