01/12/2006
En Malawi el 90% se infecta vía sexual
Una médico carmelita cree “ridículo” que el preservativo evite el sida
ELPLURAL.COM
El ejemplo del Vaticano, que se niega a autorizar el preservativo como método para frenar la enfermedad más voraz del siglo XXI, es seguido a pies juntillas por muchos misioneros en África.
El suplemento Alfa y Omega da voz a María José Carrasco, carmelita misionera y médico en Malawi desde 1988, quien asegura, sorprendentemente, que es “ridículo” creer que “el preservativo es la solución” a pesar de reconocer que previene en un 80% la transmisión del virus. Fiel a su ideario, achaca la extensión del Sida a la poligamia y las relaciones sexuales tempranas.
Maria José Carrasco llegó en el año 99 a la misión de Kapiri, en Malawi. Por aquel entonces, cuenta, los casos de sida eran muy raros, sin embargo, poco a poco fueron aumentando hasta que a finales de los 90 la cifra “era ya abrumadora” y “la mortalidad aumentó muchísimo”. En el suplemento de ABC, Alfa y Omega, reconoció que en Malawi “el 90% de la transmisión es vía relaciones sexuales hombre-mujer”. Un significativo dato que ella achaca a “la poligamia”, “las relaciones sexuales muy tempranas” y “la falta de fidelidad en los matrimonios”. El preservativo para ella, “no es la solución”.
Testigo de la extensión del sida
Cuenta que al principio se dedicaron de forma intensiva a explicar a la gente lo que era el sida y cómo se transmitía y acaba afirmando que “con el tiempo se dieron cuenta de que no era suficiente”. Las medidas que decidieron tomar fue “ofrecer el test del sida gratuitamente, para conocer su situación y no se contagiara a otros”. Consiguieron un laboratorio para detectar la enfermedad y en los últimos años trataron “a 600 enfermos gratuitamente”.
El preservativo previene un 80% de los casos
Reconoció que el preservativo, “en el menos malo de los casos sólo previene en un 80%”. Pero, en su opinión, la transmisión se agrava por muchos problemas: “La ignorancia y la falta de cultura hacía que ni siquiera se lo pusieran bien, que se rompiera, que se reutilizara”. En vez de educarles en la utilización de tan sencillo método, sólo recomendaban su utilización “cuando en el matrimonio un miembro resultaba infectado”.
La iglesia es cómplice
Al comentario del entrevistador de que es “frecuente acusar a la Iglesia de cómplice de la enfermedad en África al no querer fomentar el uso del preservativo", María José Carrasco contestó que eso es ridículo y reiteró que la rápida extensión se debe a “las relaciones sexuales prematuras y múltiples fuera del matrimonio