Muy dado tu a la soflama, si.
Muy dado a rodearte de acólitos y palmeros, da igual el signo, + ó -, todo sea con tal de apiñar basca y agitar banderas, repetir proclamas, inventar revoluciones pequeñoburguesas, fumarte un par de joes y decirte para tus adentros con regocijo y a la vista del alboroto, "Corderitos, si es que son como niños".
Ay, flautista de León, no te veo yo apagando un fuego. Más bien encendiéndolo.
A mi es que me gustabas más como madame del puticlús. Te revestía asi como con un halo de dignidad, esa vieja dignidad con olor a tabaco, pachuli, alcohol de romero y varon dandy. Y es que ya ni las putas son lo que eran.
Propicios, malandrín