Yo estoy a favor de los toros.

Del torero ya no tanto.

No hay que ponerse radicales, aunque es un tema espinoso. Yo como carne, toda la que me dejan, y no es menos cierto que la industria cárnica, si bien ha mejorado en temas de rapidez de sacrificio, sigue suponiendo el hacinamiento de aves y otras torturas. Por tanto más de uno y de mil me llamarán hipócrita.

Claro que alimentarse siempre será algo cruel que implica comerse a otro ser vivo (desde la bacteria que devora un ser unicelular hasta el chino que se come un perro) dictado por la naturaleza. Lo que ocurre es que a medida que vamos subiendo en la escala evolutiva, humanizamos a ciertos animales, y meter viva una almeja en agua hirviendo, pues mira, pero matar un ser que tiene ojos de mamífero, crea debate, claro.

Aquí lo que llama la atención es que haya gente que disfrute toreando y viendo como se torea, que dicho más claro, es torturar públicamente un animal hasta la muerte.

Con la lógica en la mano, la ley de protección animal, creada para evitar el sufrimiento gratuito, ha tenido que meter una excepción para la fiesta nacional, ya que si no, no tiene cabida. Creo que eso dice mucho.

Los 3.500M€ que mueve tienen algo que ver. Millones que encima por ser una actividad deficitaria salen de nuestros bolsillos:

El oscuro mantenimiento de la tauromaquia