Los adaptadores de red (el ladrillo ese que va entre la toma de pared y la entrada de alimentación del portátil) suelen ser universales, es decir, admiten tensiones de entrada de 80 V a 250 V, con frecuencias de entre 50 y 60 Hz. Para confirmarlo, puedes mirar las características del ordenador.
Lo único que tendrás que hacer al llegar aquí será comprar un conversor para enchufes europeos (muy barato), o cambiar el cable entre la toma de pared y el adaptador.