Para corrupción y mala gestión no hace falta remontarse a Lula, ahí está Bolsonaro. Este sí que es una buena pieza, y sus hazañas, bien recientes. Es más, voy a predecir que todavía no hemos visto la última. Cuando sea derrotado proximamente, se niegue a aceptar el resultado y haya que sacarlo a rastras.
La situación judicial de Lula, ahora mismo, es que ha sido víctima de un juez parcial que prevaricó. Eso significa que, como mínimo, debería ser juzgado otra vez por todos los hechos por los que fue condenado. Es decir, es un hombre libre y perfectamente habilitado para presentarse a unas elecciones, y ejercer el cargo a que sea elegido. Si en el futuro, en un tribunal imparcial, es condenado por algún delito, pues le tocará cumplir la sentencia. Mientras tanto, no es un ex-presidiario.