Iniciado por
CarlosLeBaron
A veces los dictadores no tienen otra salida más que gobernar su país en medio de puro sufrimiento y calamidades económicas. Y la razón no es porque estos dictadores son mala gente sino porque los buenos de la película se vuelven sanguinarios con tal de tumbarlos para implantar el sistema democrático en esos países.
En mi opinión, a la democracia no hay que imponerla.
Si una nación desea ser gobernada por un rey, pues entonces no hay otra. Por ello, yo no estoy de acuerdo con esa tendencia de llamar malos o enemigos a los países que son gobernados por reyes o dictadores. Y lo digo porque leyendo, por ejemplo, los escritos de Plutarco, me entero que hubo reyes -Numa Pompilius como un ejemplo- que gobernaron a su pueblo con más justicia, igualdad y prosperidad que muchos países de ahora que son cien por ciento democráticos. Veo a Ecuador, Argentina, la Alemania de ahora y muchos países más con una economía por los suelos, y otros países igualmente democráticos con problemas sociales que para qué les cuento, lo que conlleva a la conclusión que el sistema democrático no garantiza ni prosperidad como tampoco igualdad social ni nada por el estilo.
Cuando se hizo la revolución americana y se estableció el sistema democrático, pues Jorge Washington no fue elegido propiamente por "el pueblo". La realidad es que en esos años los analfabetos y los pobres aunque leídos, pues no votaban. Es decir, ni el herrero, el campesino común, las mujeres, los siervos y esclavos, y miles de miles más no eligieron a su presidente. Fue como en los años de Roma, donde un grupo selecto elegía al César y luego era éste presentado al pueblo para que conozca a su nuevo líder. Con el paso de las generaciones el número de votantes se incrementó, pero en el país de los gringos nunca fue la mayoría la que eligió a su presidente sino una junta electoral la que lo hizo. Tiene un sistema de votación que en papel es muy justo pero que no necesariamente refleja la voluntad del pueblo.
Sin embargo, en Europa estuvieron muy interesados en esta novedosa forma de gobierno y hasta lo estudiaron muy bien. Todo este proceso innovativo que se aplico en este nuevo sistema de gobierno pasó a ser conocido como el experimento americano.
En los finales de los años 60s, el gobierno corrupto de Perú fue derrocado por una junta militar. Esta junta militar se enfrentó contra los enviados de los Estados Unidos en no darles permiso de seguir explotando unos pozos petroleros y refinerías en ese país. De paso, se hicieron cambios de todo tipo en ese país, y la corrupción fue identificada y corregida desde el día primero. Por ejemplo, los carros Malibú nuevecitos del año que todos los senadores y diputados recibieron a la luz del día como regalo de estas compañías americanas, fueron confiscados y pasaron a ser pintados de color blanco y negro y puestos como carros patrulleros de la fuerza policial. Este gobierno dictatorial hizo todo tipo de reformas, desde la agricultura hasta la educación. Se promovieron las comunidades campesinas, la formación de sindicatos, horas de trabajo y sobretiempo, adopción de un curriculum de estudios escolares más modernos, erradicación del racismo y dar más oportunidad de trabajo a todos, y muchas cosas más. Tanto así llegó la fama de estas iniciativas, que los países vecinos se pusieron a estudiar lo que pasaba en Perú, y hasta se escribió un libro titulado The Peruvian Experiment, similar al que se escribió con la historia de los Estados Unidos. La diferencia es que esta vez no se trataba de un país democrático sino de las reformas hechas por un país bajo una junta dictatorial.
Como estos militares no se doblegaron ante la insistencia de los Estados Unidos, entonces este último país empezó un boicot contra el Perú con sanciones económicas, de tal manera que tal revolución peruana no triunfe. Las consecuencias fueron catastróficas. Las mismas comunidades laborales, los sindicatos, y todo el resto se volvieron contra el gobierno militar porque la situación económica se puso muy mala.
Como una salida a este problema de boicot económico en su contra, este gobierno militar decidió hacer negocios directos con otros países, y no sólo le compró aviones de guerra a Francia sino que fue el primer país de occidente en mandar un emisario diplomático a China, y esto fue mucho antes que Nixon hiciera lo mismo. Sin saberlo, este gobierno dictatorial militar, fue el que prácticamente se convirtió en el pionero de la moderna economía global, al empezar a negociar con otros países sin necesidad de intermediarios. Una revolution total. Algo que no se encontrará en los libros modernos de historia pero que aún existen escritos de esos hechos ocurridos como noticias en muchos periódicos que se publicaron en esos años.
Hoy en día, cuando se trata de compra y venta de algunos productos claves, no sólo este país Perú sino muchos de Latinoamerica, deben de recurrir a los Estados Unidos como intermediario para transacciones internacionales, es decir, se ha vuelto a la misma esclavitud de décadas anteriores.
Casualmente es ahora el gobierno dictatorial o democrático de Venezuela, el que no cede a la presión de los Estados Unidos y sufre de las tales sanciones económicas por esa enferma actitud de los Estados Unidos de querer imponerse sobre el gobierno actual de Venezuela y no dejarlo surgir, ya que si Venezuela surge, esto sería una demostración que el sistema de los Estados Unidos no es necesario o que no es el único que pueda hacer a un país ser próspero y lograr justicia social.
En mi opinión, esto es una enfermedad el tratar de obligar a otros países a que se dobleguen al sistema democrático que impera en el mundo, el cual es el más corrupto en la historia de las culturas. En el gobierno de España hay corrupción, lo mismo que en los Estados Unidos, en Ucrania, Rusia, Dinamarca, Italia, Chile, Mexico, y en fin, no hay país democrático que se salve y donde no haya problemas sociales donde abunda la discriminación. Entonces, ¿qué tanto se le critica a los países no democráticos que sufren de los mismos males?
La existencia de gobiernos democráticos, dictatoriales, reinos, imperios y demás, solo me hacen ver que vivimos en un mundo donde hay diversidad, y por ahí predican muchos que la diversidad es buena, ¿entonces?
A los que se preocupan mucho por lo que pasa en países que están al otro lado del mundo, le caería muy bien lo que me decía un vecino que tuve, quien era muy amigo del trago. Todo el tiempo que me topaba con él, éste se me acercaba y me preguntaba, "Y usted ¿de qué se aflige?" Yo le contestaba, "Pero hombre, que yo no estoy afligido".
Entonces él terminaba con su misma cantada,"Mire, si su problema tiene solución, entonces ¿de qué se aflige? Y si su problema no tiene solución, pues mayor razón entonces, ¿de qué se aflige?"
Lo que él no sabia es que cada vez que yo me encontraba con él, yo siempre terminaba más afligido.
Por ello, si maduro ya quedó de presidente de Venezuela, pues a no afligirse, que si sigue en el poder, por algo será. A Venezuela le irá mejor cuando los Estados Unidos le quite todas las sanciones económicas, así de simple.