Rumbo a Barbarroja: Timoshenko y Zhúkov con Iósif Stalin
“El 13 de junio de 1941, Semión Timoshenko en mi presencia telefoneó a Stalin y solicitó permiso para dar orden de alertar las tropas de las regiones fronterizas y desplegar los primeros escalones según los planes de cobertura. Al otro día estuvimos en el despacho de Stalin y le informamos de los alarmantes ánimos y de la necesidad de alertar las tropas para el combate.”
Stalin dijo:
“Ahora no hay que hacer eso, estamos preparando un comunicado de la TASS y mañana lo publicaremos.”
“Bueno ¿y qué?” Pregunté.
El 14 de junio se publicó en la prensa un comunicado de la TASS en el que se decía que las declaraciones difundidas por la prensa extranjera, particularmente por la inglesa, de que se aproximaba la guerra entre la Unión Soviética y Alemania carecían de todo fundamento, puesto que tanto la Unión Soviética como Alemania observaban estrictamente las condiciones del tratado soviético-germano de no agresión, y que a juicio de los círculos soviéticos, los rumores sobre las intenciones de Alemania de romper el pacto y atacar a la Unión Soviética carecían de todo fundamento. Cuando el pueblo soviético leía este comunicado optimista de la TASS los generales fascistas, reunidos en el despacho de Hitler, le informaban que las tropas alemanas estaban completamente listas para el ataque a la Unión Soviética.
“Tenemos con Alemania un tratado de no agresión”, dijo Stalin, “Alemania se ha atascado hasta el cuello en la guerra en el Oeste y creo que Hitler no se arriesgará a crearse un segundo frente atacando a la Unión Soviética. Hitler no es tan tonto como para no comprender que la Unión Soviética no es Polonia, no es Francia y ni siquiera Inglaterra y las tres juntas.” El Comisario del pueblo de Defensa Timoshenko probó a objetar:
Bien, pero ¿y si a pesar de todo ocurre eso? En caso de un ataque no tenemos en las fronteras fuerzas suficientes ni siquiera para cubrirlas. No podemos hacer frente y rechazar organizadamente el golpe de las tropas alemanas, pues usted sabe que el traslado de tropas a nuestras fronteras occidentales con la situación existente en los ferrocarriles es sumamente difícil.
¿Usted propone realizar la movilización en el país, poner ahora en pie las tropas y enviarlas a las fronteras occidentales? ¡Pero eso es la guerra! ¿Lo comprenden ustedes dos o no?, espetó Stalin.
Luego preguntó:
¿Cuántas divisiones tenemos en las regiones del Báltico, en las regiones militares Occidental, de Kiev y Odesa?
Informamos que en total en las cuatro regiones militares fronterizas occidentales el 1 de julio habría 149 divisiones y una brigada de infantería autónoma.
“Ya ven, ¿les parece poco?, los alemanes, según nuestros datos, no tienen tal cantidad de tropas”, dijo Stalin.
Yo informé que, según los datos de exploración, las divisiones alemanas estaban al completo y armadas según la plantilla de tiempo de guerra. Cada división tenía de 14 000 a 16 000 hombres. En cambio, nuestras divisiones tenían 8 000 hombres y prácticamente eran la mitad de débiles que las alemanas.
Stalin, sulfurándose dijo:
“No se puede creer todo lo que dice la exploración”.
Salimos del Kremlin abrumados...
Fuente: Memorias y Meditaciones: Georgi Zhúkov (1969)