Yo diría que es un ejemplo justo de lo contrario.
Ha habido dos referéndums de independencia en Quebec, uno en 1980 y otro en 1995. Ninguno de los dos fue acordado, se produjeron por decisión del gobierno de Quebec, sin el apoyo ni reconocimiento del gobierno federal.
Ambos fueron derrotados en las urnas. El de 1980 en concreto, perdió por un 60%-40% aproximadamente. De ese referéndum, el entonces primer ministro de Canadá, Pierre Trudeau, dijo claramente que no reconocería un triunfo del "sí" como una declaración de independencia de Quebec. Si hubiera triunfado el 'sí', se habría armado una buena. Tal vez, incluso, se habría llegado a las manos.
El de 1995, perdió por un resultado mucho más ajustado, la diferencia no llegó a dos puntos porcentuales, un poco como la reciente victoria de Lula frente a Bolsonaro en Brasil. Los líderes separatistas, estaban preparando la creación de un ejército de Quebec, e incluso habían confiscado armamento del ejército federal. Si hubiera ganado el "sí", se habría armado la marimorena.
Unos años después fue cuando se promulgó la Ley de Claridad, tras una sentencia del Supremo canadiense al respecto de lo sucedido en 1995.
La pregunta de 1995 era, traducida al castellano:
¿Está usted de acuerdo en que Quebec debería convertirse en soberano después de haber hecho una oferta formal a Canadá para una nueva asociación económica y política en el ámbito de aplicación del proyecto de ley sobre el futuro de Quebec y del acuerdo firmado el 12 de junio de 1995?
Es decir, telita. Nada de una pregunta clara, y rotunda, como se hizo después en Escocia, por ejemplo.
El tema está en que en el futuro, los nacionalistas de Quebec respeten la Ley de Claridad, o se la pasen por la entrepierna. Si sucede lo segundo, volverá la incertidumbre. Y puede suceder. De momento, en Canadá / Quebec, los referéndums ilegales respecto a los legales, ganan por 2 a 0.