Bien, pues ya se ha registrado la ley de Amnistía, y ha dado tiempo a leerla con tranquilidad. Al menos, me ha dado tiempo a mí.


También se han publicado bastantes reacciones, al menos sobre algo real, y no sobre elucubraciones.


Personalmente, creo que la ley está bien planteada, esto no es la chapuza del solo sí es sí, ni mucho menos.


En un largo preámbulo, se justifica la pertinencia de una ley de amnistía en el Estado de derecho en España, y su encaje constitucional, con alguno ejemplos bien traídos; a mí hasta me hubiera gustado alguno más, que se quedó en el tintero, seguramente para no hacer el texto final demasiado largo.


Y después el articulado en sí, bien planteado e intentando evitar cabos sueltos.


Finalmente, afectará a menos de 400 personas, según los cálculos del gobierno.


Y ya está, en eso se queda, esa medida que iba a romper España, a eliminar el Estado de Derecho, a iniciar una Dictadura, a abrir un túnel hacia los infiernos por el que Belcebú ascendería a la Tierra, emergiendo en la calle Ferraz... Todas estas sandeces se han dicho, y se seguirán diciendo (bueno, la de Belcebú es mía, una pequeña broma ).


Todas ridiculizadas por un simple texto legal.


No le veo la inconstitucionalidad por ningún lado. Habrá ataques que se dirigirán al concepto de amnistía en sí, a su presunta incompatibilidad con algunos derechos constitucionales, a que no es compatible con el derecho de la Unión (aunque se haga una en Portugal hace unas pocas semanas)... Sinceramente, creo que están todas destinadas al fracaso.


Otras ofensivas irán a por artículos concretos, y se juzgarán por el mérito que tengan, pero a primera vista tampoco parece que haya muchos cabos sueltos.


En fin, el tiempo dirá, y el TC tendrá trabajo que hacer. Veremos que decide.


Pero se pronuncie en uno u otro sentido, personalmente no me importa demasiado. Lo que realmente espero que se culmine de una vez por todas, es la investidura de Sánchez, y la formación de un nuevo gobierno. No tanto por lo que pueda hacer Sánchez, sino por lo que significa: el trumpista Feijóo, y el ultraderechista Abascal, fuera de la Moncloa. Derrotados. Consumidos por su rabia y su dolor. No les queda ya ni la amnistía.


Entre Julio del 2024 y Enero del 2028 tendremos que ir de nuevo a las urnas. Ya cruzaremos ese río cuando lleguemos a él. Pero mientras tanto, han ganado los buenos. Gracias, Capitán Trueno.