La formula es muy simple: dejar de gastarse el dinero en majaderías, chiringuitos, asociaciones y ONGs coleguis y amigas que mantienen el voto cautivo y agradecido, menos coches oficiales, menos residencias oficiales, menos asesores nombrados a dedo con sueldos elevados a cargo del erario publico, y entonces seguro que queda algún dinero para construir vivienda social.
Pero claro, nadie del pesebre quiere renunciar a sus carísimos privilegios y prebendas en pro de solventar los problemas de los ciudadanos, por lo que nunca hay dinero para las verdaderas políticas sociales, que no es inventarse problemas donde no los hay para salir todo los días en las noticias, si no ayudar de verdad a la gente.
Además, encima son tan tontos que desprecian los conceptos mas básicos del capitalismo en favor de ayudar a los mas desfavorecidos, porque si por ejemplo mañana pusiesen encima de la mesa un millón de viviendas sociales baratas construidas con dinero publico, ¿Qué creen que ocurriría? El resto del mercado del alquiler ¿subiría o bajaría? No hace falta ser muy listo ni Nobel de economía para saber la respuesta, matarían dos pájaros de un tiro, por un lado darían cobertura a las personas mas desfavorecidas y por otro favorecerían a las clases medias que viven de alquiler al conseguir mediante una actuación de ese tipo que los alquileres medios de las viviendas del resto del mercado libre bajen sus precios de manera natural al disminuir la demanda.