Si el Atlético es capaz de superar la eliminatoria con Diego Costa lesionado, se convertiría en el enemigo 'número uno' de la Champions, en uno de los grandes favoritos. Quizá a la altura del mismísimo Bayern. Y es más: certificaría que el Barça del Tata es más mediocre de lo que ya pensaba. Diabólicamente, en el Camp Nou, como un magnifico Lucifer, sembró la semilla de las semifinales.
¿Por qué hago una reflexión negativa sobre el estado de forma del Barça? Porque sólo forofos, resultadistas y críticos con vendas azulgranas podían ver su triunfo sobre el Madrid como un acto de su superioridad. Pero es que un éxito en Madrid les pone más que cachondos. Histéricamente se engañan a ellos mismos. Con un Madrid mentecato y endeble en el centro del campo, el triunfo azulgrana era el éxito de Lázaro o el de levantar a un muerto. Escríbí que había visto a un Barça con muchas erratas futbolísticas.
Por ejemplo, con un Xavi antes tan radicalmente imprescindible, le vi convertirse en casi un jugador irrelevante. Sigo con el soliloquio de que Messi es ahora un poco más armario, con esa nueva masa corporal , ha perdido velocidad, chispa. Le basta cuando hay espacios, pero cuando le obligan a jugar de ariete falso y ante un equipo experto en cerraduras, su juego se convierte en frustrante.
Messi volvió a realizar un partido tan mediocre como los que hacía antes de la lesión. Y eso para el Barça es mortal de la muerte pelona. De ahí el resultado. Luego está lo de Neymar. Cuando por fin apareció Alexis y jugó en la izquierda hizo un gol, gracias al talento de Iniesta y fue el único elemento escabroso para los Miranda y compañía.
Nadie podrá imaginar cómo hubiera sido el partido de no lesionarse Diego Costa. Piqué se había ido del campo y Costa provocaba tal miedo en Mascherano y compañía, que de estar acertado Villa, el resultado hubiera sido bien otro. Villa, con tanto tiempo de suplente, está a punto de la defunción como jugador de área. Ni con sacapuntas recobra esa frescura de goleador.
Y está Courtois. Tres acciones imperativas, suficientes para que este diablo de Atlético se meta en una fase caliente. Es posible que sólo el gol de Diego en el lance hubiera sido injusto, pero el Atlético apenas sufrió y daba la sensación de que en cualquier contra hubiera podido matar al equipo rey de la UEFA, aunque esta vez no le valieron los 'piscinazos' en el área. El trencilla alemán estuvo casero, pero sin un punto agrio. Veremos si la semilla de este diablo rojiblanco germina en el Calderón.
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