si, la verdad es que daba bastatante asquillo verle correr por la banda ante el todo poderoso recién ascendido Elche, dándose golpes en el pecho diciéndole al publico "Aquí mando yo", cuando allí el que mandaba era el árbitro que le regaló el penalty.
Da cosica, por cosas como estas se merece ganar de una puta vez el balón del grobo, digo de oro.