Iniciado por
Albert Dirac
Para empezar, palabras como "trilero", "asaltumbas" o "felón", deben dejarse fuera del debate político en un Parlamento, en mi opinión. ¿Qué es lo siguiente?. ¿Acordarse de los antepasados de alguien?. ¿Una agresión física?.
Se puede perfectamente expresar oposición o crítica, usando un lenguaje digno de un Parlamento, en lugar de una taberna. Lógicamente, el señor Abascal siempre va a hacer esto, pues en el fondo su mensaje no es otro que convertir el Parlamento, en taberna, pero a otros políticos representantes de otros partidos, creo que es necesario reprocharles semejante discurso. Hoy mismo, la señora Oramas, por ejemplo, ha criticado duramente la política de alianzas del señor Sánchez, y no ha necesitado insultar o faltar al respeto, para hacerlo.
El señor Sánchez, tras un error mayúsculo en el verano con la convocatoria de nuevas elecciones, lo que ha hecho es tratar de solucionarlo, con los resultados de Noviembre. Naturalmente que él no tenía en mente pactar con Podemos, ni negociar con ERC. Se ha visto obligado por los acontecimientos. ¿Qué otra alternativa tiene?. ¿Convocar terceras elecciones?. ¿Esperar que el PP expulse al señor Casado, como el PSOE le expulso a él, y se abstenga?.
Pero no se puede mentir, como hace el señor Casado, anunciando la llegada del Apocalipsis, cuando todos sabemos que no puede haber un referéndum de autodeterminación en Cataluña sin cambiar la Constitución. Solamente se puede votar un nuevo Estatut o, tal vez, promover un referéndum consultivo. Nada más. Ese es el límite de lo que pueden hacer el señor Sánchez y ERC.
No se puede presentar ante la opinión pública que España está al borde de la guerra civil, que en lugar de un Gobierno elegido democráticamente por los ciudadanos, vamos a tener una especie de banda mafiosa dedicada a quemar iglesias, robar a los ciudadanos honrados, destruir España, y beber la sangre de niños en ceremonias satánicas. Y dirigido por el Anticristo, para más señas.
Y, como he dicho ya en otra ocasión, si yo tuviera el honor de ser representante de los ciudadanos españoles en el Parlamento, mi voto a la investidura del señor Sánchez, seria, en esta ocasión, un "no". Pero ten por seguro, que lo expresaría de forma razonada, y razonable. Sin insultos, ni barbaridades, ni mentiras.