Iniciado por
Albert Dirac
Yo creo que es preciso sacar conclusiones de lo está ocurriendo. Y algunas se antojan obligatorias.
Para empezar, las pandemias no ocurren cada cien años. Simplemente, hace cien años que ocurrió una crisis de parecidas dimensiones, la gripe de 1918. Pero podíamos haber tenido una con la pandemia de gripe de 2009; o con el primer SARS; o el Ebola Reston podría haberse transmitido por el aire entre humanos, y no sólo entre simios... En definitiva, que la próxima pandemia puede suceder mañana. No lo sabemos.
Si acaso, el riesgo de que enfermedades de este tipo aparezcan es cada vez mayor, debido a los contactos más frecuentes que tenemos con microorganismos que antes apenas interaccionaban con seres humanos, y con la magnitud e intensidad de los viajes a través del globo.
Por tanto, es preciso prepararse. Esperemos lo mejor, pero preparémonos para lo peor.
Parte de esa preparación es, teniendo en cuenta que probablemente el próximo causante de una epidemia de esta gravedad, provoque una enfermedad respiratoria, fabricar y mantener un stock de material sanitario, como mascarillas, trajes, respiradores,... que permita el autoabastecimiento. También sería interesante ser capaces de fabricar nuestras propias vacunas, pronto descubriremos que con las vacunas pasa igual que con el resto de necesidades médicas, y estaremos a la cola para recibirlas.
Esto debe ser una prioridad nacional, y está fuera de mercado. Como lo está la policía (podríamos despedir a todos los guardias civiles, policías nacionales y municipales,... y encargara la seguridad al sector privado; pero no va a pasar, ¿verdad?. También podríamos despedir al ejército y encargar la seguridad nacional a mercenarios internacionales,... pero no va a pasar, ¿verdad?). Esta es un área estratégica.
Por supuesto, después del papelón que se está realizando, refundar la gestión de la epidemiología en España, y mediante una labor conjunta del gobierno central, y las comunidades.
Cuando el MERS-2 aparezca en la península arábiga en el 2037, no nos puede pillar otra vez desnudos y a la intemperie.