La declaración del estado de alarma ha tenido importantes repercusiones sobre laEPA del primer trimestre de 2020, tanto en la realización de entrevistas como en las
variables medidas. Aunque los efectos del COVID-19 sólo se han manifestado desde
la semana 11 de las 13 de referencia de este trimestre, varios aspectos de la encuesta
se han visto afectados:
La ocupación ha bajado en 285.600 personas en el primer trimestre. Pero hay que
tener en cuenta que esta cifra no incluye a los afectados por un ERTE con suspensión
de empleo que, según la metodología de la EPA, se consideran ocupados mientras
dicha suspensión sea inferior a tres meses.
En cambio, la suspensión o la reducción de jornada de los trabajadores afectados por
un ERTE, junto con la influencia de otros tipos de ausencias al trabajo, sí ha tenido
reflejo en las horas efectivas de trabajo realizadas, que han disminuido un 4,25%
respecto al cuarto trimestre de 2019.
Por su parte, el paro ha aumentado en 121.000 personas. No obstante, es probable
que muchos trabajadores que hayan perdido su empleo se hayan clasificado como
inactivos (su número ha crecido en 257.500 este trimestre) debido a que no han
podido cumplir con las condiciones de búsqueda de trabajo que la definición de paro
de la EPA determina para que sean considerados parados.
Se puede consultar de forma más extensa los efectos del estado de alarma
sobre la EPA en la página 18 de esta nota de prensa, así como en el apartado
específico de la página 9.