El campo ya no era atractivo antes de las nuevas políticas agrarias, partimos de cuando era meramente un trabajo bruto, mal pagado y esclavo, eso no lo quería nadie, pero en esa época te ibas a Francia y alucinabas con cómo vivían (y viven) sus agricultores, así que no echemos toda la culpa a las nuevas imposiciones si no a un mal endémico español donde nos ha costado décadas modernizar el campo y a múltiples políticas desacertadas cuya finalidad daba la sensación de querer eliminar esa parte tan importante de la industria primaria y en ese tiempo se nos han ido a las ciudades los jóvenes que deberían de heredarlo. Conozco de cerca la industria láctea gallega y la desacertadísima política que la Xunta lleva décadas haciendo, desde la intención de formar una gran empresa láctea gallega y que por guerras e intereses ocultos se permitió que marchara fuera del territorio y tuvieran que seguir exportando el producto a Europa en lugar de generar aquí el valor añadido que es donde realmente se generan los beneficios y así una tras otra.