Claro que lo sabía. De hecho, retiró las euroordenes emitidas por la jueza de la Audiencia Nacional, la señora Lamena, y las reemplazó por las suyas propias, en un momento posterior. Y también, a petición de la justicia alemana, amplió la información para apoyar su petición, al menos en una ocasión.

En mi opinión el juez Llarena se equivocó. Confío en el mecanismo de la euroorden, o tal vez en esa justicia europea, el marco de confianza, etc en lugar de valorar las (muchas) posibilidades que la extradición por rebelión fuera denegada, como así ocurrió. Igual que Valverde o Solari, que saben mucho de fútbol (más Valverde que Solari), se pueden equivocar en una alineación.

Por supuesto el juez Llarena podría haber elevado el tiro a los tribunales europeos, pero en este caso creo que con buen criterio, no lo hizo.

Los jueces alemanes, simplemente no vieron que los acontecimientos, incluyendo la violencia ejercida por los manifestantes del 20-S, o los votantes del 1-O, fuera en modo alguno suficiente para amparar un delito de alta traición. Y por eso, denegaron la extradición.

En otros países, hubiera habido sentencias diferentes. Algo lógico, pues recordemos que se juzga en función de la legislación del páis receptor de la petición, no de la legislación española. Personalmente , pienso que hubiera sido denegada en prácticamente todos los países de la UE, con la posible excepción de Francia.