Iniciado por
Albert Dirac
Es que la Junta Electoral Central no pinta nada en este asunto. El que debe decidir si el señor Torra es inhabilitado o no, es el Tribunal Supremo, que es el órgano jurisdiccional válido para ello, tras el recurso presentado por el señor Torra a la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.
Lo que ha hecho la Junta Electoral Central es un disparate jurídico, y una maniobra clara de orientación política. Que además, no va a servir de nada, pues el Tribunal Supremo, con casi total certeza, amparará al señor Torra.
Recuerdo hace tan sólo unos meses, cuando la Junta Electoral Central negaba al señor Puigdemont, al señor Comín y a la señora Ponsatí el derecho a presentarse a las elecciones europeas, saltándose de forma clara las leyes españolas. También, curiosamente, lo hizo a instancias del Partido Popular y Ciudadanos, siempre dispuestos a ciscarse en las leyes que dicen respetar... siempre que digan lo que ellos quieran que digan.
Esta evidente vulneración de un derecho fundamental como es el del sufragio pasivo, fue anulada por el Tribunal Supremo que por unanimidad decidió que no había causa de ineligibilidad.
Ese espectacular revolcón a la Junta Electoral Central, se producirá de nuevo en estos casos.
El verdadero daño a la democracia lo causan estas maniobras políticas. La Ley es la misma para todos, y ampara a todos los ciudadanos españoles, y europeos. No vale para unos casos sí, y para otros, no.
Por no hablar de calificar de "traidores" a los seis miembros de la Junta Electoral Central que han discrepado de este dislate, y que están en lo cierto, como comprobaremos pronto.
Es perfectamente posible que el señor Torra sea inhabiitado, tras resolverse su causa por el Supremo (personalmente, pienso que será así). Pero deberá ser entonces, tras el debido proceso, y por el órgano judicial que es el adecuado para ello.
En el tema del señor Junqueras, que la Junta Electoral Central intente enmendar la plana, nada menos que a un Tribunal de la UE, y pretenda dictar las decisiones del Tribunal Supremo, ya roza lo patético.