Recuerdo el día de los atentados como la actuación más bochornosa, asquerosa, y despreciable de un gobierno en la historia democrática reciente. En las elecciones no deberían obtener ni un solo voto, pero claro, siempre hay fanáticos. Aún siguen con la misma matraca hoy en día como el bodrio esperpéntico de Losantos.