Clásica película comercial norteamericana con sus escasas virtudes (espectáculo y algo de diversión), y sus múltiples defectos (tópicos, tópicos, exageración y más tópicos).

Pretende ser un producto de aventuras con situaciones y diálogos cómicos, pero no llega ni a la mitad del camino. Es previsible, poco original y en pocas semanas nos habremos olvidado por completo de ella. Por supuesto entretiene (que menos que eso), pero en ningún momento deja sensación de haber valido la pena porque como esa ya las hay miles y mejores.

Lo mejor de calle es Steve Zahn, y es que sin él la película sí hubiera resultado del todo infumable.

Chevalier ®