Para que veas, fea y no canta un pimiento. La verdad es que Catherine Deneuve tiene una de las bellezas más intimidantes de la historia del cine, transmite tal serenidad y limpieza que congela el tiempo. Tampoco parece boba, rápidamente se acercó a dos de las mentes más perturbadoras y perversas del séptimo arte como Polansky y Buñuel que saben como tratar estas cosas.
Esta película está a pocos milímetros de ser casi ridícula, todo es tan artificial y decorativo que solo te deja una opción, o la consideras una obra maestra o te lías a tomatazos con ella.
A mi me recuerda a una maravillosa réplica de Ravel a sus críticos que eran muchos y malvados y no dejaban de decir que su música era artificiosa y llena de manierismos vacíos. El respondió diciendo "Lo que no han considerado nunca mis críticos es la posibilidad de que mi naturaleza es así, como mi música, totalmente artificiosa".
Ni que decir tiene que Ravel era todo un dandy en sus maneras y sus vestimentas.
Saludos