Da un regustillo amargo que no quiero ni pensar. Cuando era pequeño (sigo siéndolo, pero sólo de cabeza) era un fan de Pesadilla en Elm Street, pero la quinta y sexta parte me superaron. Esto no quiero ni pensarlo, y ya veremos si me atrevo a verla.
Da un regustillo amargo que no quiero ni pensar. Cuando era pequeño (sigo siéndolo, pero sólo de cabeza) era un fan de Pesadilla en Elm Street, pero la quinta y sexta parte me superaron. Esto no quiero ni pensarlo, y ya veremos si me atrevo a verla.
— Es usted un miserable y cobarde hijo de perra. Ha matado a un hombre desarmado.
— Pues debió haberse armado cuando decidió decorar su salón con mi amigo.