29 de julio de 1990, fecha que ha quedado grabada en mi memoria, concierto del príncipe de Mineápolis en A Coruña, que los dioses (o la tontería del enfrentamiento Vigo-Coruña) decidieron que coincidiera con el de la mismísima Madonna en la otra gran urbe gallega. Hay que tener mala baba para ponerlos el mismo día.

Aquella noche descubrí a un astro que no levantaba muchas cuartas del escenario, pero que al poco de comenzar la música comenzó a levitar sobre él hasta convertirse en un ser enorme que nos empequeñeció al resto. Noche épica para la história

Concierto televisado por TVG