Pues al final donde dije digo... Si, me ha tocado ver esta versión para adolescentes con pocas neuronas. ¿Que es mejor que la anterior aventura de Lobezno en solitario? NO, están a la par. Un intento de profundidad en la trama y la falta de combates épicos dejan a esta segunda película de Lobezno, en solitario, con un simple pasable... y olvidable.

Y es que el intento que han hecho para dar profundidad a los traumas de Logan por Jean no se complementan con una “buena historia” de acción. En serio, tenían ninjas, no podía ser tan difícil… Decir que es predecible es quedarse cortísimo. La mala se la ve a la legua, una víbora rusa, Svetlana Khodchenkova, que no tiene ningún fin determinado, sólo dar por saco y poner morritos. Y así sucesivamente. Logan llega a Japón para despedirse de un antiguo amigo al que salvó. Ya está, para qué esforzarse más. Enseguida crea un vínculo con la nieta de éste a la que jura proteger y así enlaza con sus traumas de “volver a ser un héroe”, todo bastante simple.

Cuidado, no me meto con la simpleza argumentativa, sé lo que he ido a ver. Es una peli de superhéroes. Pero, claro, el listón empieza a estar alto, y qué mínimo si la trama es floja o simplona pues que haya combates épicos y guays. ¡Pues no! Y esto es lo que más me molesta. Los ninjas sólo hacen volteretas y el veterano, Hiroyuki Sanada, no le prestan la atención que se merecen y no tiene una pelea que todos estábamos esperando. Y todo tiene mucho más delito después de haberle visto (a Hiroyuki) hacer un combate de kendo en condiciones. Claro, ves eso y piensas: no voy a ver otra cosa, ¡artes marciales chulas! ¡Yuhu! Pero no. El resto son combates simplones y sin gracia, e insisto en que los ninjas están total y absolutamente desaprovechados. ¡Qué decepción y qué pérdida de recursos! Y no hay nada peor que las artes marciales desaprovechadas.

Obviamente, lo mejor de la película es Hugh Jackman. Y su guardaespaldas, Yukio, Rila Fukushima, una poco agraciada pero decente secundaria. La única. Porque si os queda alguna esperanza de un mutante ninja, o que el ninja “protagonista” tenga relevancia… Os equivocáis. Will Yun Lee se pasa la película cambiando de chaqueta. Ahora soy bueno, ahora no, ahora sí, ahora no… Y dando volteretas, por supuesto. Hay varios momentos graciosos, la lucha encima del tren bala o el “sayonara” de Lobezno en la lucha final. El robot, o armadura, que debería hacer Tony Stark, está bien, aunque le falta significado global, como a toda la película. Por no hablar de los pocos mutantes que aparecen, que están como metidos por obligación.

Sinceramente, no creo que merezca la pena ir a verla al cine. La escena final tras los créditos te deja con muchísimas ganas de que se estrene X-men: días del futuro pasado. Y esperando a una versión con un montaje que mejore lo visto.