Si, secundo tu opinión. Una primera y segunda temporada muy disfrutable. La tercera y la cuarta cambiaron el tono para convertirse en algo muy manierista con delirios oníricos que no aportan nada a la narración. Cayeron presas del síndrome artístico. Las historias y los guiones son suficientemente buenos como para olvidarse de tales devaneos. Esta última temporada trata un tema muy interesante que es el de la crisis de opiáceos que ha vivido USA mediante la muy hábil esquiva de las regulaciones de la FDA de algunas farmacéuticas para introducir un producto adictivo en las farmacias del país.
Saludos