Ya, ni siquiera puedes confiar en un camión o un autobus para que aplaste el coche y podáis morir juntos...

A mí me encantan las dudas de Kelly, entre morir una muerte cierta, como su marido y su hija, o vivir virtualmente en San Junipero con Yorkie. Al final, previsiblemente, se decide por su nueva historia de amor.

Pero, que diablos, es que me encantaría que ya existiera San Junipero... Bueno, puestos a elegir, mejor unos años antes y en las discotecas de Nueva York.