O sea, que ahora reducimos a diferencias imperceptibles el acento de un italiano y un negro del Bronx. Qué fácil quiterle importancia al detalle y calificar de Snobs a los que dicen notarlo.

O sea, el médico que vive en una mansión y tiene una criada peruana habla igual que ella. Y cuando en la consulta le visita un gitano, vamos, hace falta ser filólogo español para notar la diferencia.

Y esas diferencias, en caso de notarlas, no son gran parte de la gracia de este mundo. Si las ponemos en manos de dobladores y "aplanamos" todo a un mismo nivel de interpretación, aquí no ha pasado nada.

Lo que yo digo, el próximo álbum de Springsteen, que mantengan las pistas de música aparte y que lo cante Sabina. Ya es lo que nos falta para acercarnos al encefalograma plano.

Os va menos es el esfuerzo mental que una patada en los machos.