Hasta eso se me queda pequeño cuando la magnificiencia me invade:



Es eso un pizzicato sobre cuerdas de violín o son trescientas arpas desplegadas en las orillas del amazónico rio?...

Más de dos mil kilómetros desde el corazón de la selva hasta el mismísimo lago Eire, en una demostración más del eterno retorno.


Saludos