De semejante índole recuerdo el club de la lucha, una edición especial por la que pagué cinco mil pelas de las de antes. Y seguro que tenemos más casos así, pero ahora mismo no me vienen a la cabeza. Qué tiempos...
De semejante índole recuerdo el club de la lucha, una edición especial por la que pagué cinco mil pelas de las de antes. Y seguro que tenemos más casos así, pero ahora mismo no me vienen a la cabeza. Qué tiempos...
— Es usted un miserable y cobarde hijo de perra. Ha matado a un hombre desarmado.
— Pues debió haberse armado cuando decidió decorar su salón con mi amigo.