Gracias, Curtis.
Los aficionados a la observación astronómica sabemos algo de la adaptación a la oscuridad, tamaño de pupila, etc. Por eso es tan bueno el Ambilight, por ejemplo, aunque la lámpara nunca está de más. Incluso, si la puerta del salón es de cristal, puede bastar una lámpara de vestíbulo.
Añadir a lo que has colgado el dato de que el tamaño máximo de pupila decrece con la edad. En edades tempranas es fácil dilatar hasta 7 mm, mientras que a partir de los cuarenta un valor normal es 4 mm. Esto lleva a la conclusión que si los cambios en el tamaño de pupila nos afectan a los adultos cuando movemos la vista de la pantalla a una zona fuera de ella, imaginaos lo que puede afectar a nuestros peques.
Y eso explica también porque les cuesta más dormir solos y con la luz apagada. Su pupila dilata más y antes y "ven más cosas y más raras" en su habitación. Y por eso un pequeño punto de luz les alivia tanto aunque a nosotros nos parezca una anécdota.
Saludos.