Continuamos con el offtopic: mi abuelo materno era para mí como el Amo del Calabozo porque atesoraba cacharros eléctricos (que no electrónicos) que, de vez en cuando, me enseñaba, siempre después de vencer mi miedo y pedírselo, porque era un hombre muy serio y severo; pero un melómano total.
Tenía en su casa un magnetofón no muy grande y varias cintas con ópera y música clásica y todavía recuerdo en qué cajón del tocador de su habitación estaban, porque yo lo abría solamente para verlas, sin tocarlas porque me había advertido de lo delicadas que eran.
Luego estaba orgullosísimo de un radio con tocadiscos (se me ha olvidado la marca y eso que lo heredé yo y está en casa de mis padres), al que le había cambiado la aguja original por otra aún mejor y al que debía contrarrestar el contrapeso colocando una moneda sobre la cabeza cuando tocaba vinilos más modernos. Según él, los vinilos nuevos (hablo de los 80) tenían el surco muy fino y casi todos estaban doblados, lo que producía saltos de la aguja.
Cuando se compró el equipo de música Sharp, creo que llegó a ser el hombre más feliz del mundo, y yo también, porque en él pude aprender todo lo que era la música más allá de Parchís y luego los 40 principales. Le dije a mi tío que ni se le ocurriera deshacerse de los discos de mi abuelo, que si hacía falta me los llevaba a mi casa, aunque no tenga dónde reproducirlos.
Mi abuelo fue quien nos compró a mi hermano y a mí nuestro primer walkman: un armatoste con radio y grabadora incorporada, de un sonrojante color dorado y que devoraba pilas cosa mala. Se colgaba del hombro con correa y tenía dos altavoces exteriores. No serviría para hacer jogging con él, pero triunfaba entre los colegas cuando me lo llevaba a la piscina o al campo.
Finalmente, siempre digo que mi abuelo fue el descubridor de Samsung, ya que fue la primera persona que conozco que se atrevió a comprar un televisor de marca tan extraña cuando reinaban sin competencia los Elbe, Grundig, Philips y Sony. Lo pilló en Continente, hoy Carrefour, lo que hace preguntarme acerca de la fidelidad de los franchutes del hiper con los coreanos de Sammy, porque cualquier día entras en un Carrefour y solamente encuentras Samsung hasta en la marca de papel higiénico
