Sin ánimo de liar polémica y con la firme intención de dejar esta absurda discusión a parte.

Yo tengo un Toyota Verso para la familia y cuando voy de Barcelona a Girona voy muy agusto y el viaje se me hace entretenido.

Un día fui con mi jefe a Girona por un asunto de trabajo en su Mercedes Clase CLK y flipé porque no me enteré del trayecto. Se me hizo cortísimo y estaba como nuevo. Por mi que hubiera seguido conduciendo hasta Francia porque era un gustazo.

Otras ocasiones he tenido que coger el Citroen Saxo de mi madre para hacer ese mismo camino y se me hace un infierno. Llego como si me hubieran pegado una paliza y con dolor de cabeza.

Se pueden comparar estos tres coches, sí en que todos me lleva a Girona, pero está claro que cada uno dentro de su segmento da una serie de prestaciones y servicios, lo que normalmente está relacionado con el coste del producto. Si el Saxo de mi madre pudiera dar las mismas sensaciones que el Mercedes de mi Jefe, apaga y vamonos, son dos segmentos de coches diferentes, sin hablar de mi Toyota con el que estoy encantado.

Resumiendo, dejando el tema del coste de las cosas de un lado, no se pueden buscar comparaciones odiosas de cosas que aun dando un mismo servicio son tan diferentes. Entramos en si vale la pena tanto dinero que si la pasta, que si etc...

Lo que está claro es que es como en todo, existe una franja entre satisfacción y coste del producto, y esa franja puede estar junta hasta llegar a un punto en el que el coste de la cosa no sea proporcional a las satisfacciones que recibes.

Yo creo que el Epson TW9200, en cuanto al coste y satisfacción sí se encuentran proporcionalmente relacionados. Es un precio muy muy competitivo y las satisfacciones que da son proporcionales a su precio. Lo mismo sucedería con el Benq o el Optoma, precio y prestaciones serían proporcionales, pero eso no quiere decir que la experiencia de visualización deba ser la misma, eso está claro.

GAS y perdón por la parrafada.