Así es. He visto muchas reviews, muchos debates, muchas comparativas... al final no se tiene en cuenta que, a medida que nos acercamos a los 20 kHz, el límite de la audición humana, el PCM de un CD corriente va aumentanto exponencialmente en su distorsión de armónicos. Digamos que, tal como se concibe el sistema PCM en su base teórica, una señal senoidal de 20.000 Hz filtrada de un sample digital de 44.100 Hz no es senoidal, sino una cosa cuadrada repleta de armónicos extraños con respecto a la señal original. Se me puede alegar que ya existen filtros muy elaborados, tipo antialiasing, para "moldear" esta falta de rigor en la reproducción de un CD. Me da lo mismo, porque hay una ley bastante popular que enuncia que "de donde no hay no se puede sacar". Lo que hay grabado en un CD es lo que hay grabado, y por la naturaleza de los convertidores digitales se ha afeitado los cuernos al toro, por decirlo de una manera gráfica.
El sampling de 192 kHz permitirá que esa onda se suavice en su forma, que se dibuje de una forma más eficiente, y que sea al final aproximadamente senoidal. ¿Qué significa esto? tonos muy agudos más parecidos a los del mundo real, como los que aparecen en platillos y tambores. Más claridad de la escena sonora. Más detalles. Más de todo.
¿Subarmónicos? Completamente ignorados en la electrónica y en los debates sobre audio. También un sonido correcto, realista y bien reproducido dependerá de la existencia de señales ultrasónicas, que no podemos escuchar. Hace unos 50 años, los aficionados al hi-fi hablaban de este concepto, que ya parece pasado de moda.
¿Ruido de cuantificación? Tengo un disco de DG (Karajan en la 4ª de Tchaikovsky) en el que suena un molesto pitido de alta frecuencia. Es posible que los ingenieros de sonido, que están medio sordos, no lo hayan notado y el CD se ha publicado así. Yo sí lo he notado... hasta hace poco (la edad no perdona). Si situamos esos pitidos y otros parásitos, propios del formato digital, por encima del umbral de audición, seguro que la cosa mejora bastante.
Nada, nada, el formato PCM, que seguiremos padeciendo durante muchos años en adelante, parte de la idea de que el sonido puede emularse en base a un diagrama de puntos en una hoja cuadriculada. Falso: nuestros oídos sólo responden a las diferencias de presión atmosférica, y no a amplitudes ni frecuencias.
Tengo razones para llamarme SACDófilo.