Y funcionaba, aunque no se supiera el motivo. Apareció el transistor, continuamos dando golpes pero ya no funcionaba.

Tenía su lógica y explicación, a las válvulas les afectan pequeñas vibraciones, con lo que si entraban en resonancia, un golpe seco (alterar la frecuencia de resonancia) las devolvía a la normalidad en el mejor de los casos. Los potenciómetros de resistencia variable, algo similar ocurre; hacerlos girar rápida y repetidamente, por rozamiento “limpia” la suciedad (óxido, impurezas) que evita un buen contacto si hay suerte.