Te entiendo perfectamente. Yo también he notado ese cambio: antes, comprar un cable de segunda mano era casi un trámite, y ahora parece que hay que ir con mil ojos. La cantidad de falsificaciones y la falta de control en muchas plataformas han hecho que lo que era una compra sencilla se haya vuelto una apuesta arriesgada. El mercado estaba menos saturado de imitaciones y la reputación de las marcas era un valor seguro. Quizás haya que valorar aún más la importancia de las tiendas especializadas y de los vendedores con reputación contrastada, así como a fomentar una mayor educación y conciencia entre los aficionados para protegerse de posibles fraudes.
Ojalá volvamos a esos tiempos en los que la confianza y la tranquilidad eran la norma, y no la excepción. Mientras tanto, toca extremar precauciones y compartir experiencias, como haces tú, para ayudarnos entre todos.
Saludos,