No. Es cierto que cuando un objeto masivo penetra en una atmósfera a gran velocidad, se frena por el rozamiento y se calienta, más o menos en función de la velocidad, la densidad de dicha atmósfera y la aerodinámica del objeto. La de la tierra es suficientemente densa para que los objetos a velocidades espaciales por su tamaño se desintegren, de ahí que sólo los asteroides más grandes, y cada mucho tiempo, llegen a la superficie terrestre. Si no fuera así, mal iríamos.
Pero en este caso, se trata de lo contrario. Cuando un cohete entra en la atmósfera, tiene una energía cinética y se frena desprendiendo calor. Empollón se refiere a la rapidez con la que vibran las moléculas de un objeto en concreto cuando este tiene una cierta energía/tempratura.
De hecho, cualquier materia cuya temperatura esté por encima del cero absoluto, o cero grados Kelvin (273,15 centígrados bajo cero) tiene a sus moléculas vibrando.
Kelvin - Wikipedia, la enciclopedia libre
Pero a medida que aumenta su energía, y por tanto su temperatura, vibran com mayor fuerza/rapidez. Si la temperatura es suficientemente alta, llegan a emitir luz, como sería el caso de un filamento (de bombillla lo más usual, pero también por ejemplo los de un radiador de calor, aunque con un tono más cerca del rojo, el umbral inferiro de la visión humana).
Si no me equivoco, en realidad la materia con algo de energía siempe está emitiendo algo de radiación (explicándolo de una manera muy mundana, cada vez que una molécula golpea a otra, aparte del traspaso de energía de una a otra, algo se pierde, se frenan, y como la energía no se destruye, sino que se transforma, lo hace en forma de emisión de radiación) , pero el espectro de la emisión se halla en la zona infrarroja y por eso necesitamos una cámara o medidor adecuado para "verlo".
Por eso, los infrarrojos de un mando a distancia, o incluso el emisor para unos auriculares inalámbricos o unas gafas 3D no son nocivos, dada su bajísima energía, mientras que los ultravioleta, a pesar de tampoco poder verlos, son nocivos, produciendo quemaduras y hasta mutaciones que derivan en cáncer. No tanto los UV-A, muy cercanos al rango visual, pero sí los UV-B, que no son atenuados del todo por la atmósfera, y los UV-C, incompatibles con la vida, pero que por suerte la atmósfera se encarga de eliminar completamente.
Radiación infrarroja - Wikipedia, la enciclopedia libre
Radiación ultravioleta - Wikipedia, la enciclopedia libre