Casi totalmente de acuerdo con tu análisis Ramón. Yo diría más bien que en el mundo hifi estamos todos "zumbados". Voy a contar una experiencia que he leido en un número atrasado (junio 1998) de la revista Scherzo de música clásica, que tiene al final un par de páginas (poco espacio pero muy goloso) que tratan de hifi. Se refiere al denominado proyecto "Yates".

Yates era el propietario de una estupenda tienda de equipos de alta fidelidad en Sacramento en los EEUU que un día decidió poner en práctica un viejo proyecto: construir a su tienda de un pequeño pero formidable auditorio con un acondicionamiento acústico de vanguardia para ofrecer conciertos en vivo. Le dotó incluso de un magnífico piano Steinway. Partía de la presunción de que su exquita clientela audiófila recibiría con el mayor agrado el proyecto.

Sin embargo, menudo chasco se llevó Yates. Cuando el auditorio estuvo terminado y por él empezaron a desfilar los músicos de San Francisco comprobó que la mayor parte de los asistentes eran melómanos sin nigún interés en el high end y en cambio sus clientes audiófilos, los que se gastaban a menudo decenas de miles de $ en equipos, no aparecían por allí.

Conclusión, a la mayoría de los aficionados a la alta fidelidad les interesan los sonidos que salen por sus aparatos, pero no la música, mientras que muchos melómanos escuchan transportados de emoción y con lágrimas en los ojos el famoso filato de la Caballé en una minicadena Sony de 250€ comprada en un Alcampo.


Cita Iniciado por rsendra
Claro está que hay melómanos con equipos de apenas cuatro euros, y aficionados al A/V con equipos de escala económica de barbarie. Son excepciones de una regla popular mal asentada quizá.
Y al hilo de la historia de Yates, no sé si estoy de acuerdo contigo en la primera parte de esta afirmación que haces. Mis amigos melómanos suelen tener las minicadenas más cutres del mundo. Aunque claro está que mis amigos no representan la totalidad del "universo muestral" que llaman los actuariales. Pero me da a mi que la cosa va por ahi por ahi.

Un saludo