Para mí, que ya miro a los 64 años de frente, y he usado vinilos desde que tengo uso de razón, su renaissance me produjo, por este orden, extrañeza (que algo tan inferior a un CD, y no digamos al streaming), admiración (por los especialistas de marketing que consiguieron esa renaissance) y comprensión (cuando he visto a jóvenes aficionados que genuinamente se creen que es una experiencia superior de escuchar música).
Que se mantengan las ventas de los últimos años, me parecería un milagro. Lejos de matar la gallina de huevos de oro, lo que han hecho las productoras y distribuidoras, con buen criterio, es sacar el máximo partido financiero posible, mientras les dure la suerte.
Si inviertes un buen dinero, incluso un dineral, en el equipo, compras las mejores ediciones y prensajes posibles, cuidas tus vinilos con una devoción fanática, casi religiosa... Al final, con suerte, te aproximas y ves en lontananza la calidad que te ofrece la música digital a un precio muy inferior y con mucha mayor facilidad de uso.
Esta es la realidad, al menos la realidad de un veterano que tiene una cifra de vinilos de cuatro dígitos en su colección.![]()