Hay juegos que a pesar de haber tenido un gran nombre detrás (en forma de película o libro) su fracaso comercial fue de lo más mayúsculo. Un claro ejemplo de esto se ha visto recientemente con una historia que seguro que os dejará con la boca abierta. Hay que remontarse al año 1986 cuando ATARI, una de las compañías de más renombres durante las primeras décadas del videojuego, desarrolló en apenas seis semanas el juego E.T.; inspirado en la cinta de Steven Spielberg.

Como era de esperar, el fracaso fue tan mayúsculo, que las devoluciones que sufrió este juego se contaban por millones. ¿Qué iba a hacer ATARI con tantos cartuchos de plástico sin valor? Las malas lenguas aseguraron que los miembros de estudio se deshicieron de todas las copias de este videojuego enterrándolas en el desierto de Nuevo México. Desde un principio se pensó que todo esto era una exageración, y con el simple paso de los años, todo quedó como una leyenda urbana que unos creían y otros desmentían.

Sin embargo, la productora canadiense Fuel Entertainment, decidió unas semanas ponerse manos a la obra para cerciorarse si esta leyenda era real. Por ello, como si de un yacimiento arqueológico se tratase, llevó todo tipo de excavadoras y especialistas al lugar de los hechos con un único objetivo: encontrar esas millones de copias del juego de E.T. Y vaya si lo consiguieron. Al final esta historia resultó cierta y cerca del desierto de Alamogordo encontraron todos esos cartuchos que fueron enterrados hace 30 ya años.

Esta curiosa historia ha tenido tanto éxito a través de la red, que dentro de poco se emitirá el documental con todo lo ocurrido. Seguro que este tendrá mucho más éxito que el propio juego de E.T. ¿No creéis?