HDMI (High-Definition Multimedia Interface) es un
estándar de audio y vídeo
digital cifrado sin compresión apoyado por la industria sustituír al euroconector. Al ser datos digitales, el cable simplemente se encarga de transmitir los
1 y los
0 entre dos aparatos que entienden el estándar y se encargan de interpretarlos para mostrar una imagen y/o reproducir un sonido. Es simplemente un medio de transmisión de datos.
En la década de los 80s y los 90s se popularizó la práctica de poner precios muy altos a cables supuestamente
premium especialmente para conectar altavoces a equipos de sonido y reproductores VHS o DVD a la TV. La señal, al ser análoga, supuestamente mejoraba cuando el material del cable era superior, la técnica fue un éxito, no solo por el deseo de que el video o audio se vea y suene mejor, sino porque compañías como
Monster Cable representaban (y aún representan) márgenes muy altos para las tiendas de electrónica/audio/video, llegando
al punto que se puede llegar a ganar más dinero vendiendo cables que vendiendo reproductores. En consecuencia, los vendedores de este tipo de establecimientos están entrenados para ofrecer al cliente justamente estos cables.
Pero la realidad es que aún con señales análogas no se percibieron diferencias reales usando el método de doble ciego para determinar si un cable de $300 dólares funciona mejor que uno de $15. Considerando que con una señal digital solo se transmiten impulsos eléctricos que representan
1 y
0, tampoco habrá diferencia alguna.
Y no, un conector de oro tampoco mejora la señal o la calidad.
Una nueva técnica usada por las marcas de cables es usar las versiones del estándar HDMI, poniéndole un precio mayor a un cable HDMI 1.4 que a un cable HDMI 1.3. La realidad es que (al menos en Estados Unidos) los fabricantes tienen prohibido usar las versiones de HDMI como característica de marketing para sus cables porque también es engañoso.